Mercurio
Sublimado (2012).
Un moribundo boyante
vendió su cadáver al darse cuenta que sólo tenía uno.
Una enfermera olvidó
disfrutar sus últimas horas de vida al creer en mil muertes…
Un invidente dejó la luz
de su habitación encendida alucinando que tenía cuatro ojos.
Una madre abandonó su fe,
porque su pequeña fue raptada y resucitada.
Un sacerdote desgarró su
sotana al absolver a un niño inocente.
Un padre desheredó a su
hija por ganar un concurso literario.
¿Qué tienen en común estas
personas? ¿Todo? ¿Nada? ¿Es el Hombre la medida de todas las cosas? No me
agradaría mucho vivir en otro Tiempo. Sí me agradaría viajar por el Espacio. ¿Y
para qué hablar de mí? Ahora no hay lugar para eso. Todos los caminos se
entrecruzan para llegar a ninguna parte. Aquí nomás… ¡Aquí no más!
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