martes, 16 de junio de 2015

FINIS MUNDI, DE LAURA GALLEGO GARCÍA: CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE

Finis Mundi se desarrolla en la Edad Media, entre los años 997 y 1000. La novela comienza con la presentación de uno de los personajes principales, Michel, un joven monje de unos 16 años de la orden de Cluny, cuyo monasterio había sido atacado y destruído por los húngaros, siendo él el único superviviente. El muchacho tenía en su posesión unos manuscritos de Bernardo de Turingia que predecían el Fin Del Mundo en el año 1000, a no ser que se reunieran los tres ejes del tiempo: El del pasado, el del presente y el del futuro.
En los manuscritos aparece una descripción de los lugares en los que se encuentran los ejes. El primero, el del presente, se encuentra en una ciudad dorada y Michel adivina que se trata de la ciudad alemana de Aquisgrán. De camino a esta ciudad se encuentra con un juglar llamado Mattius y su perro, Sirius. Después de hablar con él, este decide acompañarlo. Una vez en Aquisgrán encuentran el eje de presente en la tumba de Carlomagno. Allí descubren la existencia de una cofradía adoradora del Anticristo, que pretende impedir que se reúnan los tres ejes.
Una vez que consiguen el primer eje viajan a Santiago de Compostela, donde creen que se encuentra el segundo eje. Allí conocen a Lucía, una joven que pretende ser juglaresa y que Mattius se convierta en su maestro, pero este no acepta. Allí unas meigas, junto con un miembro de la cofradía intentan detenerlos, pero otras meigas más poderosas, cuya líder resulta ser la abuela de Lucía les ayuda. Un vez llegan a Santiago observan que esta ha sido saqueada por los moros. Allí intentan obtener información sobre una ermita en la que se encuentra el segundo eje. Gracias a la ayuda de Lucía y dos juglares más consiguen llegar a la ermita donde la cofradía intenta frenarlos, pero finalmente los dejan continuar.
Finis Mundi fue la primera novela que Laura Gallego García publicó y por la que recibió el Premio El Barco de Vapor 1998, y fue finalista del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. También obtuvo en 2005 la Placa de Plata El Barco de Vapor por haber alcanzado los 100.000 ejemplares vendidos. Finis Mundi ha sido traducida varios idiomas.
La ambientación en la Edad Media es sorprendente y los escenarios, estupendamente logrados. Ellos van desde la Península Ibérica - donde luchan por arrebatarle territorio a los moros- hasta las Islas Británicas -donde los vikingos tienen aterrorizada a la población. Continuamente están presentes la guerra, el hambre y las injusticias; y nos da una visión del mundo actual mezclándolo con el pasado;  lo que que va concientizando poco a poco de que si quieres que el mundo cambie, el primero que tiene que hacerlo eres tú.

Al leer Finis Mundi, he tenido la sensación de que la autora se ha documentado muy bien sobre el tema y el tiempo en el que está desarrollado. Hay algún vocabulario nuevo que nunca había visto antes y esto enriquece la experiencia. No podría decir que la novela me ha decepcionado,  aunque esperaba mucho más de él, y he encontrado muchos ratos en los que la lectura se me hacía algo soporífera, aunque no me parece una novela del todo floja.

Cabe decir que la presentación de la historia no está nada mal, pero conforme uno va avanzando en la narración se pierde el interés, le hace falta más elementos que inviten a seguir leyendo. Se trata de una historia llena de altibajos. Sólo hay algunos momentos que se vuelven interesantes y te preguntes que pasará después. Si eres fan de Laura Gallego García, seguramente querrás leerla, pero recuerda que es su primera obra publicada, así que no lleva toda la calidad de posteriores. Si no lo eres, piensa que es un libro aceptable y no mucho más.
Una curiosidad que me llamó mucho la atención después de leerlo es que, según el relato, el mundo debe ser destruido cada mil años. Así, la historia comienza en 997 y en el paso del 999 al 1000 el espíritu pararía la rueda y el mundo dejaría de existir. El libro fue publicado en 1999… final de milenio. Escalofriante ¿No?


Jorge Antonio Buckingham