Mercurio Sublimado (2012).
Era pasada la
medianoche y la oscuridad cubría la totalidad del dormitorio. Sin embargo, la
mujer no podía conciliar el sueño. No manifestaba señales de preocupación. Al
contrario, se sentía divinamente reconfortada, inspirada y tranquila. Sin
sobresaltos. Recién empezaba a notar que aquella noche era como ninguna. La
noche le había abierto los ojos.
Ella
era casi una niña, pero tenía la suficiente edad como para enamorarse, y en
verdad, eso deseaba. Pensaba que en realidad no tenía a nadie en el mundo, mientras
perdía su mirada en la penumbra. Después comprendió que ésta se había disipado,
y un halo de luz fluorescente se colaba por algún pequeño agujero, iluminando
su rostro de niña bonita. La luz era intensa, pero no la cegaba, más bien la
cautivaba. Entonces pudo distinguir cómo esa luz iba adoptando figura humana.
En un
principio se sintió asustada, pero su temor fue tranquilizado. Su mente parecía
una antena receptora. La comunicación era telepática. Y fue así que más tarde
se entregó en cuerpo y alma... Nunca antes había sentido tantas emociones y
sentimientos confrontados. La niña se hizo mujer. La explicación y el secreto
fueron entonces revelados: A millones de años luz, lejos de allí, otro tiempo,
otro espacio; una civilización perecía por falta de mujeres, por falta de amor.
A
pesar de su sabiduría cósmica, nada podían hacer para impedirlo. Sólo un óvulo,
una meta, una vida... Nuestra inteligencia sigue siendo tan limitada que aún no
tenemos la capacidad de comprender lo que eso significa.
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