Del
poemario Kairos (2013).
Psicodélica
mañana,
pensamientos
acuosos;
el
viento llena de humo los corazones,
emociones
escondidas,
sutiles
palabras.
¿Quién
dijo que la anestesia libera?
Una
y otra vez. Siempre viva.
Descontando
lámparas sabias.
Se
viaja en alados caballos.
¡Qué
alegría! Divino placer…
Es
la esperanza de un vuelo literal,
esa
que mueve mi señal monocorde.
Sólo
un sueño. Sueño solo.
Es
que amar tiene importancia:
tratado
de algunos temores.
Tiempo
en espiral
invade
los aeroplanos. Sigue nevando.
No
hay lazos para agradecer todavía,
simplemente
abrazos de santidad.
Desvelando
quietas aspiraciones,
que
maquillan tu rostro
en la frescura
de estos versos dormidos.
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