Coraline Jones y sus padres se mudan a una vieja casa -de
más de cien años de antigüedad- que había sido dividida en apartamentos. Los
padres de la niña están muy ocupados con su trabajo y le prestan muy poca atención.
Sintiéndose sola, Coraline se marcha a explorar y conoce a los otros habitantes
de la casa: las señoras Spink y Forcible, dos ancianas actrices retiradas y el
señor Bobo, un excéntrico anciano que adiestra ratones para que salten y toquen
música. Conoce también a un altivo gato que vaga por allí.
Coraline encuentra una puerta cerrada en el salón de
su casa, pero, al abrirla, descubre que la entrada que hay detrás está enladrillada.
Al día siguiente coge la llave de la puerta, la abre, y encuentra un pasadizo
que conduce a un apartamento casi idéntico al suyo. Este mundo alternativo está
habitado por su “Otra Madre” y su “Otro Padre”, que son reproducciones casi
exactas de sus auténticos padres (salvo que la primera es más delgada, sus uñas
son negras y curvas, y lo más importante: tienen botones en lugar de ojos,
porque parecen muñecos en vez de personas).
Coraline se encuentra de nuevo con el gato, que en ese
mundo tiene la facultad de hablar. Sus “Otros Padres” parecen al principio más
interesantes, divertidos y cariñosos que los auténticos. Además, en este mundo
los vecinos son más divertidos y nombran a Coraline por su nombre (en el mundo
real todos excepto sus padres la llaman Caroline). Al final del día, la “Otra Madre”
le dice que puede quedarse en ese mundo si permite que le pongan botones sobre
los ojos. La niña queda horrorizada y huye rápidamente. Cuando regresa a su
apartamento, Coraline descubre que sus auténticos padres han desaparecido. No
regresan al día siguiente y Coraline, tras averiguar que han sido raptados por
su “Otra Madre”, decide regresar al mundo alternativo para rescatarlos.
La historia que se nos presenta es muy
original y nos habla sobre dos mundos completamente distintos. Es destacable la
manera en la que está desarrollada la historia, pues al principio todo parece
muy bonito y a la mitad del libro, la historia da un giro de trama increíble
que mantiene al lector pegado a las páginas.
Nuestra protagonista es una niña diferente (su propio nombre no es nada
común), enérgica, curiosa, inquieta y valiente. El punto flaco de Coraline es
la tremenda soledad que siente al mudarse a
su nueva casa. Allí no tiene amigos aún y sus padres no le prestan atención
porque están demasiado ocupados trabajando. La niña se aburre, no tiene con
quién jugar, sus padres no le hacen caso, la casa es vieja y rara, como sus
nuevos vecinos, y la comida asquerosa. La soledad y la falta de atención, que Coraline
interpreta también como falta
de afecto, provocan en la niña un deseo
de algo mejor, de una vida diferente y emocionante.
Coraline (2002) es
una novela corta que está plagada de tensión, alguna clase de encanto infantil
un tanto inocente y a la vez esa atmósfera oscura tan lograda y delicada. La narración es perfecta, no se hace repetitiva, pesada o
excesivamente corta. Describe lo que tiene que describir, cuenta exactamente lo
que tiene que contar, en un estilo sencillo que bien recuerda a un narrador de
cuentos y resulta preciso y muy cuidado
en cada detalle.
Por una parte está nuestra protagonista, que
tiene todo lo que tiene que tener una niña pequeña e inocente y podemos ver
cómo se desarrolla a medida que avanza la historia. Puede dar la impresión que
la historia se centra demasiado en Coraline, y por eso no se puede conocer
demasiado bien a los demás personajes. Quizá habría sido más acertado poner a
otro protagonista o a otro personaje con mayor importancia. También me habría
sido aconsejable un poco más de descripción en lo referente al otro mundo y las
diferencias entre los padres de un mundo y de otro.
En definitiva, Coraline es un relato que nos
habla de la soledad, del deseo de un mundo mejor, de valentía y de amor. La
narrativa es ligera y está bien construida. Como suele suceder en sus obras, el
mundo que nos presenta Neil Gaiman está plagado de símbolos y objetos mágicos
que hacen de esta novela una lectura
entretenida y estéticamente interesante.
Coraline es una de
las obras mejor ejecutadas de Neil Gaiman, autor que a pesar de su
éxito cuenta con un inmenso número de productos de escasa calidad en su
manufactura. Narra una historia de terror que
parte desde el punto de vista de una niña de 12 años, Coraline Jones. El hecho
de que su protagonista aún no haya abandonado la infancia no lo convierte necesariamente
en un libro de terror para niños, aunque por la intención es evidente que está
dirigido a un público juvenil. Esto
tampoco quiere decir que un adulto no
pueda disfrutar igualmente de su lectura.
Jorge
Antonio Buckingham
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