Finis Mundi se desarrolla en la Edad Media, entre los años 997 y 1000.
La novela comienza con la presentación de uno de los personajes principales,
Michel, un joven monje de unos 16 años de la orden de Cluny, cuyo monasterio
había sido atacado y destruído por los húngaros, siendo él el único
superviviente. El muchacho tenía en su posesión unos manuscritos de Bernardo de
Turingia que predecían el Fin Del Mundo en el año 1000, a no ser que se
reunieran los tres ejes del tiempo: El del pasado, el del presente y el del
futuro.
En los manuscritos aparece una descripción de los lugares
en los que se encuentran los ejes. El primero, el del presente, se encuentra en
una ciudad dorada y Michel adivina que se trata de la ciudad alemana de
Aquisgrán. De camino a esta ciudad se encuentra con un juglar llamado Mattius y
su perro, Sirius. Después de hablar con él, este decide acompañarlo. Una vez en
Aquisgrán encuentran el eje de presente en la tumba de Carlomagno. Allí
descubren la existencia de una cofradía adoradora del Anticristo, que pretende
impedir que se reúnan los tres ejes.
Una vez que consiguen el primer eje viajan a Santiago
de Compostela, donde creen que se encuentra el segundo eje. Allí conocen a
Lucía, una joven que pretende ser juglaresa y que Mattius se convierta en su
maestro, pero este no acepta. Allí unas meigas, junto con un miembro de la
cofradía intentan detenerlos, pero otras meigas más poderosas, cuya líder
resulta ser la abuela de Lucía les ayuda. Un vez llegan a Santiago observan que
esta ha sido saqueada por los moros. Allí intentan obtener información sobre
una ermita en la que se encuentra el segundo eje. Gracias a la ayuda de Lucía y
dos juglares más consiguen llegar a la ermita donde la cofradía intenta
frenarlos, pero finalmente los dejan continuar.
Finis Mundi fue la primera novela que Laura
Gallego García publicó y por la que recibió el Premio El Barco de Vapor 1998, y fue finalista del Premio Nacional de Literatura
Infantil y Juvenil. También obtuvo en 2005
la Placa de Plata El Barco de Vapor por haber alcanzado los 100.000 ejemplares
vendidos. Finis Mundi ha sido traducida varios idiomas.
La
ambientación en la Edad Media es sorprendente y los escenarios, estupendamente
logrados. Ellos van desde la Península Ibérica - donde luchan por arrebatarle
territorio a los moros- hasta las Islas Británicas -donde los vikingos tienen
aterrorizada a la población. Continuamente están presentes la guerra, el hambre
y las injusticias; y nos da una visión del mundo actual mezclándolo con el
pasado; lo que que va concientizando
poco a poco de que si quieres que el mundo cambie, el primero que tiene que
hacerlo eres tú.
Al leer Finis Mundi, he tenido la sensación de que la autora se ha documentado muy bien sobre el
tema y el tiempo en el que está desarrollado. Hay algún vocabulario
nuevo que nunca había visto antes y esto enriquece la experiencia. No podría
decir que la novela me ha decepcionado, aunque esperaba mucho más de él, y he
encontrado muchos ratos en los que la lectura se me hacía algo soporífera, aunque no
me parece una novela del todo floja.
Cabe decir que la
presentación de la historia no está nada mal, pero conforme uno va avanzando en
la narración se pierde el interés, le hace falta más elementos que inviten a
seguir leyendo. Se trata de una historia llena de altibajos. Sólo
hay algunos momentos que se vuelven interesantes y te preguntes que pasará
después. Si eres fan de Laura Gallego García, seguramente
querrás leerla, pero recuerda que es su primera obra publicada, así que no
lleva toda la calidad de posteriores. Si no lo eres, piensa que es un libro
aceptable y no mucho más.
Una curiosidad que me llamó mucho la atención
después de leerlo es que, según el relato, el mundo debe ser destruido cada mil
años. Así, la historia comienza en 997 y en el paso del 999 al 1000 el espíritu
pararía la rueda y el mundo dejaría de existir. El libro fue publicado en 1999…
final de milenio. Escalofriante ¿No?
Jorge
Antonio Buckingham